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Nocturno periodístico       Euxenio Charlón Arias e Manuel Sánchez Hermida       1916
 


Escrita para ser estreada nun festival da Asociación de Periodistas, celebrado o 14 de novembro de 1916, no Teatro Jofre de Ferrol.


[f. 1]

Nocturno Periodístico


Acto único
Redacción de un períodico. A la derecha una mesa de escritorío, un teléfono y un timbre; una puena practicable en la lateral. A la izquierda y en el fondo, una puena que se eupone da salida a la calle
Escena primera

Don Tomás solo; luego un Cajista

Tomás.-(Escribiendo unas cuartillas) Listo; ya tenemos artículo de fondo (Tocando el timbre) vamos a ver que hay por aquí.

Cajista.- ¿Llamaba usted?

Tomás.- Sí; que vayan preparando eso (Le dá las cuartillas)

Cajista.- Va enseguida (Mutis)

Tomás.- (Toma unas cartas que estarán sobre la mesa, las que leerá según indíca la obra) «El Presidente de la sociedad de recreo "El lirio campestre"» !Caracoles! «besa la mano al Señor Director del "Diario de Noticias" y tiene el honor de invitarle al baile que el primero de año, dará en el salón de la Sociedad instalado en la Carretera de Castilla...» Estos taberneros, son el mismísimo demonio: Se pone en vigor una orden prohibiendo terminantemente esos bailes domingueros que tan sérios disgustos acarrean y sacamos en consecuencia, que, toda taberna provista de su correspondiente salón de baile, tendremos que llamarle en lo [f. 2] sucesivo, o bien centro de cultura o sociedad de recreo. Está bien; les dedicaremos unas líneas en los "Ecos de Sociedad" (Tomando otra carta) ¿Y esto es...? ¡Ah, si! «Lista de suscrpción para la hermandad "Los hijos de lá buena vida"» Enterados. (Abre otra y lée) «Querido Amigo» y firma «C. de Vez». Vamos a ver que dice este buen señor «Habiéndomé sido pedida lá mano de mi hija Maruja para su novio, don Justo Sobrado» ¡Ah! por fin consiguió no quedar soltera «desaaría diera publicidad a la notíta que adjunto remito. Gracias anticipadas de su...» A ver que dice. «Ayer fué pedida la mano de la bella y eleganté señorita María de los Desamparados de Vez y Salgueiro; hija de nuestro querido amigo, el pundonoroso industrial, don Cándido de Vez, para el bizarro fabricante de gaseosas, don Justo Sobrado. La boda se celebrará en la próxima primaverau. Con que pundonoroso y bizarro ¡eh! Amigo mío; no jeringue. Pero, bueno; aún esto es pasable, comparado con lo de bella y elegante: Esto si que no lo come nadie; publicarlo, sería tanto como hacer el ridículo, porque ¡Dios mío! si la pobrecilla es más fea que una caricatura de Fresno y tiene un cuerpecito que ¡vaya...! unicamente para cantar el cuplé del "Couceiro". Y a mas; mandar semejantes notitas redactadas por los mismos interesados, ¡es el colmo! hace falta ser cándido de veras (Poniéndose a escribir) En fin; otro amigo menos (Dictando lo que escribe) «Capítulo de bodas. Ha sido pedida la mano de la simpática señorita... « (Llaman a la puerta) ¡Adelante!


[f. 3]

Escena segunda
Don Tomás Vigilante Nocturno que entra por la puerta del fondo. Vestirá impermeable nuevo sin capucha y un pañuelo de estambre puesto al cuello en forma de bufanda.

Vigilante.- Buenas noches tenja usted (Descubriéndose)

Tomás.- ¡Hola amigo!

Vigilante.-(Sacudiendo la gorra) ¡Vaya una manera de caer auga!

Tomás.- ¡Cúbrase, cúbrase! haga el favor.

Vigilante.- Con su licencia (Cubriéndose)

Tomás.- Escusa de quejarse. Parece usted un explorador del Polo.

Vigilante.-. Todo le hace falta; aínda onte tive que emprear una pila de cuartos n'este impreable

Tomás.- Eso prueba que el negocio dá para todo

Vigilante.- No lo crea; merqueilo de ganga á un sugeto que los ten de contrabando; y ademais, penso guntar pra el con las prepinas de la Noche Buena

Tomás.- Es usted prevenido (y sabe trabajarlas) ¿Que trae de nuevo?

Vigilante.- Pues, vinia a molestarlo con una comisión

Tomás.- Ya sabe que no molesta nunca

Vigilante.- Tantas gracias .

Tomás.- Conque, usted dirá en que puedo servirle

Vigilante.- Si ve que tal, venderé cuando estenga mas desocupado

Tomas.- Diga, diga. Por que me vea escribir, no le [f. 4] importe; le atiendo lo mismo

Vigilante.- Está bien, siseñor (mucha cábeza hace falta para ser periodista). Pues verá: Vinia, porque... cuarido... como se echa enriba la Noche Buena; queria, haber si me hacia el favor de le decir a don Ginés, que no s'esquenza de m'hacer los versos que me prometeu; pra le pidir el ginaldo a mis abonados ¿me entende?

Tomás.- Si, hombre, si; pero lo malo es que don Jinés está con gripe; y como es de suponer, no se encuentra en situación de hacer versos.

Vigilante.- En todo caso aguardaré a que se marche.

Tomás.- ¿Quien?

Vigilante.- Don Gripe

Tomás.- (Riéndose) No, hombre, no; gripe, es lo que vulgarmente llaman trancazo

Vigilante.- ¡Ah!, si, si... ¡Que lástima! Ya me lo parcía a mi, porque, va de unas noches que le tenjo el paso, y nunca lo veio

Tomás.- Pues, siseñor: Desde el lunes último, no viene a la oficina redacción. Por cierto que enfermó en ocasión bien inoportuna: Estamos haciendo el períodico entre Salcedo y yo.

Vigilante.- ¿Y luego, don Guillermito, tambien esta enfermo?

Tomás.- No; Esta en Madrid examinándose para Aduanas

Vigilante.- ¡Vaya señor! Yo pensé que los padres no se valían ben pra pagarle carrera

[f. 5]

Tomás.- Claro que no, pero, como el muchacho tiene facilidades; entre varios amigos le reunimos unas pesetillas; y entre todos nosotros, procuramos hacer su trabajo, para que asi, cobre su sueldo y atienda las necesidades de su casa.

Vigilante.- Pues, aquí no marchaba mal.

Tomás.- ¡Hombre, no diga eso! ¿usted no sabe que no hay trabajo mas ingrato que el nuestro?

Vigilante.- Naide l'está contento con su oficio; Yo, no se de que se quegan; al fin, se tratancon lo megorcito de la gente y todos son a adularlos a ustedes.

Tomás.- Si, hombre, si; Eso, es mientras uno puede con la pluma; mas, despues, cuando vamos viejos y no servimos para nada; nadie se acuerda de nosotros ¡ni añun aquellos que hemos encumbrado!

Vigilante.- D'eso no le sé, porque, como nunca me gustó meterme en vidas agenas

Tomás.- (Cogiendo unas cuartillas) Hombre; apropósito ¿Que fué lo que sucedió ayer noche? Según unas notitas que tengo aquí, dicen que usted le pegó a unos chicos, sin razón ni motivo

Vigilante.- ¿Y quien digo iso?

Tomás.- Los mismos interesados vinieron a darme las quejas, para que mañana saliera en el periodico

Vigilante.- ¡Ay que simbreguenzas! ¡coidado comigo que hay hombres desprensivos!

Tomás.- Cuente como fué

Vigilante.- ¡Asi Dios me salve! como le voi dicir la [f. 6] la verdad, sin quitar nin poner un tanto, asi (Señalando la yema del dedo) despensando, y puede usted copearlo al pé de la letra

Tomás.- Si, hombre, si; ya se que usted no acostumbra a mentir

Vigilante.- Eso puedo decirlo con la boca llena. Pues vera: Hace una temporada que un fato de simbregüenzas me vienen tomando de chirigota

Tomás.- Mire; fáleme gallego que lle ha ser mais doado, y entenderémonos millor

Vig.- No se crea; yo ben m'entendo, pro ben, xa que vosted quere, fareino

Tomás.- Si, home, si; e ademais, non é desmíngua ningunha

Vigilante.- Pois, como ll'acabo de contar; todal'as noites andaban faguendo risa de min: A-o millor estaba eu ahi fora, n-a esquina, e tacaban as maus, no fondal d'a calle; iba pr'aló, como é o meu deber; cando chegaba, xa non habia naide e no arte do demo, volvian chamar ahí (Señalando la calle) E no vaya pensar qu'era cousa d'unha vez nin duas; estaban ás horas enteiras con esta trécola, y-asi me tiveron tres noites a reo, sempre da Zeca pra Meca, e tanto m'encheron, que agora por últemo, xa non faguía caso; por moito que palmearan, non me movía do sitio

Tomás.- ¡Ben feito!

Vigilante.- Si, pro, algunhas d'as veces, eran os abonados que chamaban, e como eu non aparcía, víñanme [f. 7] catar, e, ¡votáronme cada can!... hastra que por últemo xa non sabía que faguer de min.

Tomás.- Ben, pero, cónteme como foi o d-a noite pasada.

Vigilante.- A iso vou. Onte falei o conto n-a casa, e dixom-o fillo. «Deixe meu pai, qu'esta noite vou canda vostede, e ¡Xuro a Dios! sinon han levar que rascar» Tal dixo, tal feito; Cando chegou a hora, eu quedeime n-esta esquina; y-o rapaz foise pra-o romate d-a calle, y-escondeuse n-o portal d'a casa grande. A eso das doce e des, vexôs saír d'esa tenda de vevestibres qie ahi ahí adiante.

Tomás. - ¿Que tenda?

Vig.- ¡Cal ha de ser! esa que lle puxeron o neme de "Café Económico" pra ter aberto n-os domingos

Tomás.- ¡Ah, si! xa sei.

Vigilante.- ¡Si vostede vira que de gandallada se xunta ahi

Tomás.- Ben; romate o conto que teño moito que faguer

Vigilante.- Pois - que, ainda ben non saliron, xa comenzaron a festa de sempre: Nesto sal o meu fillo, y-este quero, y-estoutro tamén ¡Arrimoulles unhas lostregadas de moito hole! e seique lles era hora, porque, os larchás berraban por min pra que lles valñera; y-eu que mais quixen, funme pr'aló, e, seique coidaran que lle iba axudar porque cando me viron, ¡entran a contas cô meu illo, que, habia que velo! n-esto remango de pau e dinlles unha refrega, que si non fora porque fuxiron [f. 8] coma condanadas, seique ainda agora, estaba bourando n-eles.

Tomás.- ¡Cata que pillos! Pois eiquí viñeron contando que todo a-o revés.

Vigilante.- ¿E logo, que dixeron?

Tomás.- Pois que, un borracho, sin mais acá nin mais alá, lles faltara de palabra e obra; n-esto chamaron pol'o gúardia; e cando apareceu vostede, en vez de defendelos, foise a paus a eles; e ĉuasemente, un traguía os fuciños inchados o mesmo que unha pataca alemana.

Vigilante.- Habialle de ser a-o que ll'arrimei un bastonazo eiqui... cabo d'a rabadén.

Tomás.- ¡Vaya unha cousa rara!

Vigilante.- Non-o crea - Foi que con-o medo, quixose meter n-un portal, e com'estaba a porta fechada (Siéntese palmear) ¡Vaa...!

Tomás.- ¡Pois que non verra vostede! ¿sabe que ten boas gorxas?

Vigilante.- Xa ve; como teño un abonado xordo, ben pode ser el. Vaya don Tomás, vouno deixar

Tomás.- Si, si, e teña coidado; non vayan ser eles

Vigilante.- Non, por ese lado, estou ben tranquilo; conque ¡paselo bien! (vase)

Tomás.- Adios; home, adios (Al cerrar la puerta sientense palmadas, y la voz del guardia ¡Vaa...!)


[f. 9]

Escena Tercera
Don Tomás, luego el Tipógrafo

Tomás.- (Dirigiéndose a la mesa) Bien, subsanaremos este suceso (Escribiendo)

Tipógrafo.- (Con unas pruebas) Aquí está esto.

Tomás.- Póngalo sobre esa mesa.

Tipógrafo.-. ¿Hay algo que llevar?

Tomás.- Si, estas cuartillas.

Tipógrafo.- Esta bien (Vase)

Tomás.- (Solo) Se salvó con venir hoy por aquí: Si hago la información, según esos buenos mozos, ¡vaya un disgusto que iba pasar el pobre hombre, en cuanto se enterase de la noticia! Bien; supongamos que el vigilante, es un desconocido y no me inspirase la confianza que merece ¡Adivine usted la verdad! y despues, uno es muy malo porque no quiere hacer caso de ciertas informaciones; En fin, yo creo que en vez de ser periodista, es preferible el dedicarse á hacer zapatos, tan siquiera nos informaríamos de cosas que dejan impresiones mas agradables (Revolviendo en los papeles) Y el telégrafo como siempre... las once y media, y sin recibir haber recibido la primera conferencia... Luego los subscriptores protestan... Seguro que nos la servirán a la hora de cerrar la edición y nosotros por servir al público, sacrificaremos dos o tres horas de descando, que nadie nos agradece.


[f. 10]

Escena cuarta
Don Tomás - Salcedo

Salcedo.- Búenas noches

Tomás. - ¡Hola! ¿que hay?

Salcedo.- Nada de particular.

Tomás.- ¿De donde vienes?

Salcedo.- Del baile del Casino.

Tomás.- ¿Y que tal?

Salcedo.- Mucho parvo, y es una lástima porque, hay cada mujer ¡mas bonita!

Tomás.- Entonces lamentarías mucho el tener que dejarlo.

Salcedo.- ¡Suponga! hoy que tenía ocasión de decirle algo!...

Tomás.- Deja, hombre, deja, para eso siempre hay tiempo ¿Fuiste al teatro?

Salcedo.- Siseñor; estuve a primera hora; por cierto que hay un lleno completo

Tomás.- ¿Y los números resultan?

Salcedo.- Muy bien

Tomás.- ¿Agradó el estreno?

Salcedo.- Solo he visto la primera excena, asi que, no puedo decirle. Como estas obras de aficionados siempre resultan latosas... y tenia que ir al casino...

Tomás.- De modo, que no recogiste ninguna impresión

[f. 11]

Salcedo.- Si, tienen muy buen público y creo les perdonarán el meterse en camisas de once varas

Tomás.- Procura hacerles una reseña benévola; no se les puede pedir más (llaman al teléfono) ¿Quien llama?... servidor... bien muchas gracias ¿y usted?... me alegro... si... bien... bien... ¿quien es la chica?... ¿y el tórtolo?... ¿desde cuando faltan?... bien, guardaremos reserva. Aqui no sabemos nada que merezca mención... ¡ah si! el, beneficio nuestro... un lleno completo... los rapaces agradaron mucho... si, hicieron un estreno... Nocturno periodístico, no puedo decirle, aún no trajeron la reseña... preguntaré ahora mismo; espere un segundo (Dirigiéndose al público)


            Me acaban de preguntar
            si os ha gustado esta obrita
            decídmelo enseguidita
            pues, tengo qué contestar.


Telón


Bibliografía[editar]


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